ACTA Nº 94-2005

 

Sesión solemne celebrada por el Tribunal Supremo de Elecciones a las diez horas del primero de octubre del dos mil cinco, con asistencia de los señores Magistrados Oscar Fonseca Montoya, quien preside, Luis Antonio Sobrado González, la señora Magistrada Eugenia María Zamora Chavarría, y los señores Magistrados Juan Antonio Casafont Odor y Ovelio Rodríguez Chaverri, acompañados en la mesa principal por el señor Presidente de la República, Abel Pacheco de la Espriella, el señor Presidente en ejercicio de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Chaves Ramírez, y el señor Ministro de Gobernación, Policía y Seguridad, Rogelio Ramos Martínez, y en presencia de altos personeros del Gobierno de la República, del Cuerpo Diplomático acreditado en el país, de representantes de todos los partidos políticos inscritos y demás público invitado. 

ARTÍCULO PRIMERO.- A las 10:00 am. el Lic. Oscar Fonseca Montoya, Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, procede a abrir la sesión solemne de Convocatoria a Elecciones.

ARTÍCULO SEGUNDO.- En cumplimiento de las atribuciones que le confieren los artículos 9, 99, 102 inciso 1), 106 y 133 de la Constitución Política, 97 y 98 del Código Electoral, el Tribunal Supremo de Elecciones emite el Decreto N.º 15-2005, que se procede a firmar en el mismo acto, y que literalmente dice:

“Artículo primero.- Se convoca a todos los ciudadanos inscritos como electores en el Departamento Electoral del Registro Civil para que, ejerciendo el derecho constitucional al sufragio, en votación OBLIGATORIA, DIRECTA Y SECRETA, concurran a las respectivas Juntas Receptoras de Votos el día domingo cinco de febrero del año dos mil seis, a fin de que procedan a elegir Presidente y Vicepresidentes de la República, Diputados a la Asamblea Legislativa y Regidores Municipales. Las elecciones se efectuarán en todo el territorio nacional, sin interrupción, desde las seis hasta las dieciocho horas de ese día, según lo establece el artículo 102 del Código Electoral.

Artículo segundo.- De conformidad con el artículo 106 de la Constitución Política los cincuenta y siete diputados a la Asamblea Legislativa se elegirán por provincias, proporcionalmente a la población de cada una de ellas, conforme al último censo general realizado en el año dos mil. Será elegido, en consecuencia, el siguiente número de Diputados por provincia: 

CANTIDAD DE DIPUTADOS POR PROVINCIA
PROVINCIA
CANTIDAD
San José
20 (veinte)
Alajuela
11 (once)
Cartago
7 (siete)
Heredia
5 (cinco)
Guanacaste
4 (cuatro)
Puntarenas
5 (cinco)
Limón
5 (cinco)
TOTAL
57
(cincuenta y siete)
 

Artículo tercero.- En observancia de las disposiciones de los artículos 74 y 137 del Código Electoral, los partidos políticos que participen en las elecciones de Diputados designarán, además, un exceso de candidatos a Diputados de un 25%, el cual será por lo menos de dos candidatos, por lo que se inscribirán cinco por la provincia de San José, tres por Alajuela y dos por cada una de las otras provincias.

Artículo cuarto.- De acuerdo con los artículos 171 de la Constitución Política y 21 del Código Municipal, y de conformidad con la proyección de la población por cantones elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, y comunicada a este Tribunal mediante oficio Nº. INEC-GE-092-2005 del 04 de abril del 2005, se elegirán Regidores Propietarios y Suplentes en cada cantón de conformidad con el detalle que sigue:

CANTIDAD DE REGIDORES POR CANTÓN
PROVINCIA DE SAN JOSE
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
San José
13 (trece)
13 (trece)
Escazú
7 (siete)
7 (siete)
Desamparados
11 (once)
11 (once)
Puriscal
5 (cinco)
5 (cinco)
Tarrazú
5 (cinco)
5 (cinco)
Aserrí
7 (siete)
7 (siete)
Mora
5 (cinco)
5 (cinco)
Goicoechea
9 (nueve)
9 (nueve)
Santa Ana
5 (cinco)
5 (cinco)
Alajuelita
7 (siete)
7 (siete)
Vázquez de Coronado
7 (siete)
7 (siete)
Acosta
5 (cinco)
5 (cinco)
Tibás
7 (siete)
7 (siete)
Moravia
7 (siete)
7 (siete)
Montes de Oca
7 (siete)
7 (siete)
Turrubares
5 (cinco)
5 (cinco)
Dota
5 (cinco)
5 (cinco)
Curridabat
7 (siete)
7 (siete)
Pérez Zeledón
9 (nueve)
9 (nueve)
León Cortés
5 (cinco)
5 (cinco)
PROVINCIA DE ALAJUELA
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
Alajuela
11 (once)
11 (once)
San Ramón
7 (siete)
7 (siete)
Grecia
7 (siete)
7 (siete)
San Mateo
5 (cinco)
5 (cinco)
Atenas
5 (cinco)
5 (cinco)
Naranjo
5 (cinco)
5 (cinco)
Palmares
5 (cinco)
5 (cinco)
Poás
5 (cinco)
5 (cinco)
 
Orotina
5 (cinco)
5 (cinco)
San Carlos
9 (nueve)
9 (nueve)
Alfaro Ruiz
5 (cinco)
5 (cinco)
Valverde Vega
5 (cinco)
5 (cinco)
Upala
7 (siete)
7 (siete)
Los Chiles
5 (cinco)
5 (cinco)
Guatuso
5 (cinco)
5 (cinco)
PROVINCIA DE CARTAGO
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
Cartago
9 (nueve)
9 (nueve)
Paraíso
7 (siete)
7 (siete)
La Unión
9 (nueve)
9 (nueve)
Jiménez
5 (cinco)
5 (cinco)
Turrialba
7 (siete)
7 (siete)
Alvarado
5 (cinco)
5 (cinco)
Oreamuno
7 (siete)
7 (siete)
El Guarco
5 (cinco)
5 (cinco)
PROVINCIA DE HEREDIA
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
Heredia
9 (nueve)
9 (nueve)
Barva
5 (cinco)
5 (cinco)
Santo Domingo
5 (cinco)
5 (cinco)
Santa Bárbara
5 (cinco)
5 (cinco)
San Rafael
5 (cinco)
5 (cinco)
San Isidro
5 (cinco)
5 (cinco)
Belén
5 (cinco)
5 (cinco)
Flores
5 (cinco)
5 (cinco)
San Pablo
5 (cinco)
5 (cinco)
Sarapiquí
7 (siete)
7 (siete)
PROVINCIA DE GUANACASTE
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
Liberia
7 (siete)
7 (siete)
Nicoya
7 (siete)
7 (siete)
Santa Cruz
7 (siete)
7 (siete)
Bagaces
5 (cinco)
5 (cinco)
Carrillo
5 (cinco)
5 (cinco)
Cañas
5 (cinco)
5 (cinco)
Abangares
5 (cinco)
5 (cinco)
Tilarán
5 (cinco)
5 (cinco)
Nandayure
5 (cinco)
5 (cinco)
La Cruz
5 (cinco)
5 (cinco)
Hojancha
5 (cinco)
5 (cinco)
PROVINCIA DE PUNTARENAS
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
Puntarenas
9 (nueve)
9 (nueve)
Esparza
5 (cinco)
5 (cinco)
Buenos Aires
7 (siete)
7 (siete)
Montes de Oro
5 (cinco)
5 (cinco)
Osa
5 (cinco)
5 (cinco)
Aguirre
5 (cinco)
5 (cinco)
Golfito
5 (cinco)
5 (cinco)
Coto Brus
7 (siete)
7 (siete)
Parrita
5 (cinco)
5 (cinco)
Corredores
5 (cinco)
5 (cinco)
Garabito
5 (cinco)
5 (cinco)
PROVINCIA DE LIMÓN
REGIDORES
CANTÓN
Propietarios
Suplentes
Limón
9 (nueve)
9 (nueve)
Pococí
9 (nueve)
9 (nueve)
Siquirres
7 (siete)
7 (siete)
Talamanca
5 (cinco)
5 (cinco)
Matina
5 (cinco)
5 (cinco)
Guácimo
5 (cinco)
5 (cinco)
 

Artículo quinto.- El plazo para la inscripción de candidaturas en el Registro Civil vence a las quince horas del día viernes veintiuno de octubre del año en curso, según el artículo 76 del Código Electoral.

Artículo sexto.- La designación de candidatos a la Presidencia y Vicepresidencias de la República y Diputados a la Asamblea Legislativa, la harán los partidos políticos inscritos a escala nacional, según lo prescriban sus propios estatutos, designaciones que deben estar ratificadas por las respectivas asambleas nacionales. Respecto a los partidos inscritos sólo a escala provincial, la ratificación de los candidatos a Diputados a la Asamblea Legislativa corresponde a su Asamblea de Provincia.

Independientemente de la escala en que se encuentre inscrito el partido, la designación de los candidatos a Regidores Municipales se hará conforme lo prescribe su estatuto, y serán posteriormente ratificados por las respectivas Asambleas de Cantón.

Artículo sétimo.- Se reforma expresamente el Decreto Nº 04-2005 de este Tribunal, publicado en el Diario Oficial La Gaceta Nº 74 de fecha martes 19 de abril del año en curso, en lo relativo al número de regidores que corresponde al cantón de Upala de la Provincia de Alajuela, para que los electores en dicho cantón inscritos – de conformidad con el artículo 21 del Código Municipal – procedan a elegir el 5 de febrero de 2006 siete regidores propietarios y siete regidores suplentes, tal y como se consigna en el artículo 4º del presente decreto.

Artículo octavo.- Comuníquese a los Poderes del Estado, a los partidos políticos inscritos y publíquese en el Diario Oficial.”

ARTÍCULO TERCERO.- El Lic. Oscar Fonseca Montoya, Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, pronuncia el siguiente discurso:

“SESIÓN SOLEMNE

CONVOCATORIA A ELECCIONES”

1º de Octubre del año 2005

Hace apenas dos semanas, aquí al frente, en el Parque Nacional, nos reunimos junto con el señor Presidente de la República para celebrar los 184 años de la independencia patria. Hubo elocuentes discursos recordando la importancia de ese hecho histórico y destacando el coraje con que el costarricense le ha hecho frente y solucionado sus problemas, siempre al amparo y dentro de las reglas del sistema democrático que, con la ayuda de Dios, nuestros abuelos supieron defender, aún a costa de la sangre de muchos compatriotas que heroicamente la brindaron para que hoy nosotros, casi sin esfuerzo, sigamos disfrutando de las bondades del sistema.

Esto lo comprendemos, con alguna facilidad y raras excepciones, los que ya peinamos canas, pero me sorprendió - muy positivamente desde luego - que una niña no vidente, a quien se le encomendó dar un discurso en esa ocasión, y a pesar de su corta edad y que por lo tanto no vota, hizo una vehemente y ejemplar exhortación a los electores para que, sin ninguna excusa, acudieran a las urnas electorales el próximo 5 de febrero, como un deber- dijo - de todo costarricense consciente de sus responsabilidades.

La convocatoria a elecciones que hace el Tribunal, en este sencillo acto, en el fondo es un llamado a la conciencia nacional; al sentido de responsabilidad y al patriotismo; es un llamado a la reflexión y, sobre todo, a valorar qué es mejor para la patria, acudir al llamado que ésta le hace a sus hijos, para que escojan a sus mejores hombres y mujeres para liderar la solución de los problemas; o dejar que otros, en su lugar, se echen al hombro solos esa responsabilidad, que es de todos ?. ¿ Será esta última la mejor decisión ?. De ninguna manera.

El abstencionismo, - el voluntario desde luego - debemos reconocerlo, es una forma de protestar; de protestar por las cosas que no andan bien en el país (en el ámbito económico, social, político, etc). Pero lo cierto es que con él, con el abstencionismo, no se resuelve ninguno de los problemas como se pretende; por el contrario, pueden más bien agravarse, y por lo tanto, es un acto engañoso y vano, porque ni siquiera tiene el efecto protesta que se persigue; es una actitud antipatriótica por estéril e irresponsable, porque proviene de hijos de la patria, obligados a ayudar a resolver los problemas y no a contribuir para que se agraven.

Pero existe un abstencionismo voluntario más grave que otro. El primero, el que más daño hace, es el distanciamiento de las urnas electorales, es decir, el no acercarse siquiera a la mesa de votación. Este abstencionismo, no sólo no ayuda en nada a resolver los problemas del país, sino que de cierto modo, denota un repudio a todo el sistema, a la democracia en sí misma y por ello, constituye un mensaje nefasto para los países amigos y que siempre nos han admirado, precisamente, por la solidez de nuestra república, por la pasión que siempre habíamos demostrado por los asuntos electorales y, en especial, por el ejercicio masivo del voto, que por gracia de Dios, sigue siendo un derecho sagrado y libre.

El otro abstencionismo, el que puede denominarse menos grave y que se acerca un poco más a un derecho ciudadano, es el que ejerce el elector que sí concurre a la mesa de votación pero allí, en el recinto secreto, en consulta con lo más íntimo de su conciencia, manifiesta su inconformidad con las opciones que se le presentan, y decide anular el voto o dejarlo en blanco.

En mi opinión, aunque tampoco este costarricense ayuda con su decisión a resolver los problemas del país, porque siempre deja en manos de otros esa responsabilidad, habrá que reconocerle no sólo que está en su derecho de no confiar en ninguna de las opciones, sino que es un costarricense que cree en el sistema democrático, que confía en las instituciones republicanas y que respalda el procedimiento que la ley ha puesto en sus manos para el ejercicio del sufragio, lo cual, ciertamente, hace que ese tipo de abstencionismo no sea tan preocupante, ni haga tanto daño al sistema democrático, como el que propician aquellos que ni siquiera se acercan a la urna electoral, porque éstos, - lo digo con respeto pero francamente - demuestran que no sólo no les convencen las opciones electorales, que de cierto modo es un asunto coyuntural, sino que les importa poco o nada lo que ocurra con el sistema democrático, del cual, - con toda seguridad - muchos beneficios han obtenido y seguirán obteniéndolos, gracias a los que sí acuden al llamado de la patria. Esta es, en mi opinión, la gravedad que comporta el ausentismo a las urnas electorales.

Ojalá que quienes han pensado o decidido no concurrir siquiera a la mesa de votación, mediten sobre este importante tema y opten por otra forma de protestar - están en su derecho -, pero bajo las reglas democráticas, que las hay muchas, gracias, precisamente, a quienes las sostienen con su voto.

Lo anterior es un llamado fraterno y patriótico a los costarricenses que todavía hoy pueden ir a votar o por lo menos concurrir a la mesa de votación libremente, con las mayores comodidades y sin temor ni amenazas. En muchos lugares del mundo no se pueden dar ese lujo. Aprovechémoslo hoy que todavía se puede; no seamos malagradecidos con nuestra patria ni con la herencia democrática de nuestros abuelos.

Por su parte, el Tribunal Supremo de Elecciones, gracias al esfuerzo, responsabilidad y profesionalismo de sus funcionarios, demostrados en la organización de más de una docena de procesos electorales justos, exitosos e incuestionables, puede garantizar al pueblo costarricense, que todo estará preparado y dispuesto para que el próximo domingo 5 de febrero, los más de 2 millones y medio de compatriotas habilitados para votar, lo puedan hacer sin obstáculo alguno y con todas las garantías que le ofrece una democracia madura y centenaria como la nuestra y sin que ninguno de ellos, pueda atribuir a la organización electoral, culpa alguna si, lamentablemente, decide volverle la espalda al llamado de su patria.

Ahora, si ustedes me lo permiten, una breve reflexión para las personas que pretenden los cargos públicos, desde el más importante hasta el más humilde.

Con la solución de los problemas que enfrenta el país, que no son pocos, también adquieren una enorme responsabilidad. El abstencionismo de las últimas elecciones, aunque no fue ni es obstáculo para su elección, porque el sistema lo permite siempre, cualquiera que sea el número de personas que voten, lo cierto que su elevado porcentaje, debe constituir una fuerte llamada de atención para quienes resulten electos.  

Creo que nadie espera que los nuevos funcionarios vengan a resolver todos los problemas que aquejan al país, porque son seres humanos con virtudes y defectos y muchos de los problemas, no es posible resolverlos en cuatro años de gobierno, aunque se tenga el buen propósito de hacerlo; se resolverán algunos, pero otros no y aparecerán nuevos; esa es nuestra realidad.

El pueblo no exige milagros ni actos heroicos extraordinarios, tan sólo trabajo, mucho trabajo; honestidad, mucha honestidad y un proceder clave: decir siempre la verdad, por dura y cruda que esta sea y actuar en consecuencia; no hay otro camino; sólo de este modo, se puede pedir y, hasta exigir, sacrificio al pueblo, cuando haya que pedírselo y, seguramente, habrá que hacerlo, porque la solución de los problemas, cuanto más graves sean, mayor sacrificio de todos requieren.

Es cierto que no sólo los gobernantes tienen la obligación de tratar, por todos los medios lícitos, de resolver las dificultades del país; también la tenemos nosotros, el pueblo entero; pero sólo procediendo con la verdad, podemos juntos enfrentar con éxito las crisis, por graves que sean; el trabajo duro, los sacrificios y hasta la honestidad, vendrán por añadidura.

Si al pueblo se le habla con la verdad y el buen ejemplo, estoy absolutamente seguro que responderá como lo ha hecho siempre frente a los grandes desafíos. La historia lo demuestra.

El ocultar la verdad junto con malos ejemplos, es la mejor fórmula para que el ciudadano no solo pierda la confianza en los funcionarios y hasta en las instituciones, sino que será muy difícil obtener su apoyo para resolver los grandes problemas; esto es lo más grave, porque no habrá gobierno alguno, dentro del sistema democrático, que logre hacer frente a los desafíos, si no es con la confianza, el apoyo y hasta el sacrificio del pueblo.

La pérdida de confianza, no es un fenómeno que haya surgido de un momento a otro; ha sido un proceso lento y de vieja data; por eso es inútil buscar culpables; lo que hay que hacer urgentemente es hallar soluciones, mirar el futuro con fe y esperanza, escoger a los mejores hombres y mujeres, que los hay muchos en este país, para que, asumiendo un liderazgo pujante, con trabajo tesonero y la verdad como estandartes, nos motiven a todos a hacer lo mismo, para enfrentar con éxito los problemas, tal y como lo hicieron nuestros antepasados; nosotros lo necesitamos y la patria lo espera, mejor dicho, lo exige.

Sobre el tema de la verdad, como la mejor y más eficaz forma de comunicación humana y que, con toda seguridad, dará excelentes frutos en la relación necesaria entre gobierno y gobernados, abusando de vuestra paciencia, y para terminar, me voy a permitir leerles dos citas que, de haberlo hecho al principio, me habrían dejado sin nada que decir.

La primera, tomada de la Encíclica “El Esplendor de la Verdad” del Papa Juan Pablo II. Dice el recordado Pontífice:

“En el ámbito político se debe constatar que la veracidad en las relaciones entre gobernantes y gobernados; la transparencia en la administración pública; la imparcialidad en el servicio de la cosa pública; el respeto de los derechos de los adversarios políticos; la tutela de los derechos de los acusados contra procesos y condenas sumarias; el uso justo y honesto del dinero público; el rechazo de medios equívocos o ilícitos para conquistar, mantener o aumentar a cualquier costo el poder, son principios que tienen su base fundamental - así como su urgencia singular - en el valor trascendente de la persona y en las exigencias morales objetivas del funcionamiento de los Estados. Cuando no se observan estos principios, se resiente el fundamento mismo de la convivencia política y toda la vida social se ve progresivamente comprometida, amenazada y abocada a su disolución.”. Hasta aquí la cita del Papa.

El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Teguicigalpa, Honduras, en una Conferencia Magistral dictada en Panamá, a propósito de las últimas elecciones, sobre la anterior cita del Papa, dijo: “Es como la Carta Magna de una campaña política que va a comenzar”.

Sobran las palabras.

En esa misma oportunidad, el Cardenal Rodríguez Maradiaga, también recordó una anécdota sobre el tema de la verdad, que me parece hoy de lo más oportuna; dijo el Cardenal: “Después de la Revolución de Terciopelo, allá en la antigua Checoslovaquia, cuando la Asamblea Legislativa está discutiendo quién va a gobernar este nuevo país, un zapatero que era miembro de la Asamblea dijo: “yo pienso que la única cualidad que debe tener la persona que nos va a gobernar es que sepa decir la verdad.”. Y empezó el revuelo en la Asamblea y todo mundo discutiendo, vuelve a pedir la palabra y dice: “yo conozco alguien que sabe decir la verdad.”. Y le preguntaron: “¿y quién es?”. “Vaklav Havel”, que en esos días estaba en la cárcel pagando la última condena por haber dicho la verdad. Y de la cárcel lo sacaron para hacerlo Presidente de ese país, que ahora camina por la senda del desarrollo. Y dijo el discurso más breve que cualquier gobernante ha dicho: “Yo me comprometo ante Dios y ante mi patria a decir siempre la verdad.”.

La verdad, sólo la verdad, podría ser un bonito slogan para esta campaña electoral, pero sería mejor aún, si realmente todos lo pusiéramos en práctica. La patria estaría muy agradecida y nosotros viviríamos más felices. Hagamos la prueba.

Señoras y señores, muchas gracias.”

ARTÍCULO CUARTO.- Los señores Lic. Rogelio Ramos Martínez y Walter Navarro Romero, Ministro de Seguridad y Director General de la Fuerza Pública, respectivamente, trasladan en forma simbólica el mando de la Fuerza Pública al Tribunal Supremo de Elecciones, entregando al Lic. Oscar Fonseca Montoya, Presidente de este Tribunal, el pabellón nacional y el estandarte de la Fuerza Pública.

ARTÍCULO QUINTO.- El señor Presidente de la República, Abel Pacheco de la Espriella, pronuncia el siguiente discurso:

REFRENDO DE LA DEMOCRACIA

Señoras y señores:

La participación popular en las elecciones de cada cuatro años constituye un auténtico refrendo de la voluntad nacional para vivir en democracia.

Conforme más numerosa sea la participación de los ciudadanos en las actividades partidarias y en la emisión del voto, más vigorosa será nuestra convivencia democrática y más legitimadas estarán sus instituciones y autoridades.

Por el contrario, la renuncia voluntaria al ejercicio de derechos ciudadanos fundamentales –como el de elegir a los gobernantes- disminuye el vigor de la democracia y abre los espacios para el cuestionamiento sobre el valor del mandato republicano.

Ante esa delicada disyuntiva, como ciudadano hago eco vehemente del llamado del Tribunal Supremo de Elecciones para que -en el proceso electoral que hoy inicia oficialmente- se produzca la más amplia e intensa participación de los ciudadanos y las ciudadanas en el ejercicio de derechos legítimos de los cuales aún hoy no disfruta buena parte de la población mundial.

La libre militancia partidaria y la libre emisión del voto no son concesiones gratuitas; son logros de la sociedad costarricenses alcanzados luego de muchas batallas y grandes sacrificios.

No se puede ver con indiferencia algo que le ha costado tanto a esta Patria.

Por otra parte, consecuente con el credo democrático que rige mi conducta; en cumplimiento fiel de las disposiciones constitucionales y legales vigentes y por una firme convicción propia, como Presidente de la República anticipo que mi Gobierno, mi persona y mis colaboradores seremos absolutamente imparciales en este proceso electoral.

El Gobierno –como lo ha hecho hasta el día de hoy- continuará ejerciendo sus competencias y cumpliendo sus obligaciones de manera absolutamente neutral; sin procurar el beneficio de ningún grupo político ni el perjuicio de candidatura alguna.

Creemos que esta es la mejor forma, desde el Poder Ejecutivo, de contribuir al proceso que se inicia y a la consolidación de la democracia costarricense.

Hago un llamado respetuoso a los candidatos y candidatas a los puestos de elección popular de todos los partidos políticos para que hagan de este proceso una auténtica y enriquecedora lección de cívica republicana.

La ofensa personal, la mentira, el estímulo de la crispación social y la búsqueda de la división de la familia costarricense no son ni deben ser las estrategias apropiadas para desarrollar su esfuerzo en una democracia centenaria.

Por respeto a este pueblo y a su inteligencia y por respeto a si mismos, invito a todos los aspirantes a desarrollar una campaña rica en ideas, en búsqueda sincera de coincidencias patrióticas, en exposición franca de sus propósitos.

Esa conducta estará a la altura de lo que hemos logrado como país en materia de democracia electoral y será motivo de agradecimiento por parte de todos aquellos que creemos que la política es una actividad y una ciencia digna, decente y constructiva.

Muchas gracias y buena suerte a todos y a todas. “

ARTICULO SEXTO.- El Lic. Oscar Fonseca Montoya, Presidente del Tribunal, cierra la sesión solemne.

A las once horas terminó la sesión. 

 
 
Oscar Fonseca Montoya
 
 
 
Luis Antonio Sobrado González
 
 
 
Eugenia María Zamora Chavarría
 
 
 
Juan Antonio Casafont Odor
 
 
 
Ovelio Rodríguez Chaverri